Activa masa gris_Sandi (Torrelavega, 1961) se doctoró en Neurobiología en el Instituto Cajal (CSIC) de Madrid. Estudia cómo el estrés afecta a la función cerebral, la conducta y la cognición, y ha visto cómo la sociedad impacta en la biología del individuo haciéndolo agresivo.
Dirige el Laboratorio de Genética del Comportamiento del Brain Mind Institute (EPFL) de Suiza, donde investiga fármacos y emociones que potencien la inteligencia. En CosmoCaixa nos avisó de sus últimos hallazgos.
Antes fueron las pastillas para el sexo que para la inteligencia. Ahí también se miden las urgencias del ser humano.
Pues sí, pero también pasa que entender cómo funciona el cerebro y en qué consisten la memoria y la inteligencia es mucho más difícil que entender cómo lo hacen el sexo o la función reproductora, aunque el cerebro es muy importante para el funcionamiento sexual.
¿Últimas noticias del cerebro?
La inteligencia casi no se ha estudiado a nivel neurobiológico, y se empieza a hacer ahora. Normalmente, el interés ha sido el de potenciar la memoria, y memoria e inteligencia no es lo mismo. Aunque es importante tener buena memoria, no es necesaria para tener buena inteligencia, ya que el cometido de ésta es manipular información y tener la capacidad de proponer nuevas ideas y soluciones. Casi todos los laboratorios intentan sobre todo potenciar la memoria, y ahora tenemos que ser muy cautos para que la memoria no se potencie de forma rígida, porque entonces seríamos incapaces de actualizarla y modificarla cuando ya no es válida. Es importante vigilar esto para no desarrollar fármacos que potencien ciertos circuitos que después no se pueden cambiar. Hemos conocido el caso reciente de una americana que no puede olvidar apenas nada de su vida, y eso no la hace más inteligente. Afortunadamente, las moléculas que hemos hallado para potenciar la memoria también permiten la flexibilidad cognitiva, y ahora hay que establecer que también faciliten la atención, la toma de decisiones...
¿Buscan atajar el camino del esfuerzo con la pastilla que nos lo dé todo hecho?
Lo que pretende la ciencia es entender cómo funciona el cerebro, y una vez que se entiende qué mecanismos son importantes podemos predecir o hacer hipótesis de dónde podemos actuar para favorecer algo. Lo más interesante sería usar los fármacos que se desarrollen para potenciar casos deficitarios, como los de niños con algún tipo de retraso, la de individuos que no aprenden bien, y que es lo más fácil, como hemos visto en animales. En el laboratorio analizamos también cómo las emociones o el estrés potencian la función cognitiva, la memoria y el aprendizaje. Un poco de estrés para muchas personas y animales es motivador. Por eso no tienen que ser necesariamente moléculas o fármacos lo que acabemos recomendando, sino motivaciones y sorpresa por las cosas, ya que modifican los mecanismos cerebrales facilitando el aprendizaje. Pero le insisto: es más difícil fortalecer al que ya es bueno que mejorar al que no lo es.
Entonces no van tras una súper raza.
No. Usar esos hallazgos o fármacos para potenciar a las personas normales hacia una súper raza va a depender totalmente de un debate ético y social de la Humanidad, que será muy importante, pero que no pretendemos.
El EPFL suizo no da puntada sin hilo. ¿Hay industria empeñada en el proyecto?
Hay interés, pero al no estar resuelto el debate ético y social, hay miedo. Ahora hay mucho interés tanto del EPFL como de pequeñas empresas en desarrollar y entender qué sustancias nutritivas pueden hacerle bien al cerebro.
¿Habla del fósforo del pescado?
Sí, y del Omega3, del magnesio...
Somos lo que comemos.
Más de lo que creíamos.
¿Cómo imagina un mundo poblado de seres superdotados?
Cada vez más frío emocionalmente. Una de las capacidades intelectuales es el desarrollo de la función ejecutiva, y ésta, basada sobre todo en la actividad de la corteza prefrontal, trata de inhibir las emociones más exageradas. Así que a su mayor desarrollo, menos sensibles.
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