Recurro al
evocador cuadro de Salvador Dalí para ilustrar un tema que surge habitualmente en las clases y conferencias acerca de la estrategia de comunicación en la web social: los elementos que deben formar parte de dicha estrategia y su combinación.
En algunas de mis clases suelo utilizar micro-casos desarrollados en el momento con las empresas de algunos de los asistentes al curso, y aprovechando una de esas sesiones, la del pasado viernes, que fue especialmente productiva, voy a aprovechar para intentar estructurar un poco algunos conceptos.
En la web, resulta fundamental contar con un punto de creación de contenido. La creación de contenido es uno de los puntos sin duda claves en cualquier estrategia en la web: si eres capaz de generar un contenido en función de tu actividad, una secuencia que se alimente de fuentes de información continuas y que no dependa de un repositorio limitado (por grande que este pueda parecer), puedes plantearte muchas cosas en la red. Este tema, las posibilidades de generación sostenible de contenidos, deben ser uno de los elementos más importantes y a los que se preste más atención en el desarrollo de una estrategia de presencia de una persona o una empresa en la web social.
La tarea no es sencilla: generar contenido nunca es trivial ni sencillo, y que ese contenido pueda servir para dinamizar tu presencia en la web no siempre es obvio, no todo el contenido es susceptible de ser dinamizado. Hay personas o empresas para los que resulta verdaderamente difícil o casi imposible pensar en generar contenido. Algunos deben "abrir el paraguas" conceptual de los contenidos para poder conseguir temas que realmente puedan alimentar una conversación que de otra manera sería complicada o incluso inimaginable: hay temas que, por importantes que puedan se económicamente, son muy difíciles de imaginar como objeto de conversación. Y sin una base sólida de creación de contenidos, acompañada por la dotación de los medios adecuados para ello y por la capacidad de terceros de participar en los mismos en mayor o menor medida, la posibilidad de alimentar una estrategia de presencia en la web social se complica notablemente.
Decidido el tema y la naturaleza del contenido, hay que plantearse su formato: es aquí donde el título de la entrada cobra justificación. Muchas personas consideran las herramientas de la web social – blogs, redes sociales, microblogging, etc. – como partes aisladas de una estrategia, o incluso como "modas". A las consabidas premisas del tipo "hay que estar en Facebook" o "tenemos que tener cuenta en Twitter", como si la mera presencia consiguiese algo de por sí, se unen comentarios supuestamente generacionales que supuestamente "matan" unas herramientas frente a otras, "los blogs han muerto porque las redes sociales son más sencillas" o "están más de moda". No puede haber mayor estupidez: si escucha esto, retire automáticamente toda credibilidad a su interlocutor. Las herramientas son para lo que son, y juegan papeles muy claros en la comunicación en la web social.
El blog tiene como papel fundamental la persistencia del contenido. Los permalinks de los blogs generan una indexación inmejorable en los motores de búsqueda, una referencia sólida y permanente en la que localizar ese contenido independientemente del tiempo que haya pasado. El lugar natural de un contenido es un blog, el lugar donde pasará, tras la visita de la araña correspondiente, a ocupar un lugar en la memoria colectiva, más o menos prominente en función de variados criterios de relevancia. ¿Mucho tráfico, poco tráfico? ¿Cómo atraer tráfico al blog? ¿Cómo generar dinamicas de conversación activa enriquecedora? Eso corresponde a problemáticas y criterios diferentes, en los que entran desde el SEO hasta el SEM pasando por muchos otros elementos. Pero la función del blog es la que es: alojar el contenido de manera coherente, y dotarlo de un vínculo permanente. De la misma manera que podemos apoyarnos, si la naturaleza de nuestro contenido lo permite y justifica, herramientas como Flickr en el caso de las fotografías, YouTube en el caso del vídeo, Slideshare en el de las presentaciones, u otros.
Las redes sociales son ideales a la hora de dinamizar un contenido: la presencia en una red social ya no es una opción, es una necesidad. Si además hemos empezado nuestra estrategia de desarrollo de contenidos por el lugar adecuado – es decir, por el blog – las redes sociales nos dan la oportunidad de viralizar esos contenidos a través de su entramado de relaciones. Interconectar adecuadamente el blog con las redes sociales, de manera que el contenido generado en uno se mueva en la otra es fundamental: una entrada puede dotarse de mucha más vida en la red social que en el blog, pero su vínculo debe ser sencillo de trazar. Las redes sociales pueden generar conversaciones interesantes basándose en un modelo de interacción típicamente de mayor control, y poseen mecanismos de generación de tráfico espontáneos (basados en la mayor o menor actividad de las personas) o inducidos (basados en publicidad como la posibilidad de "pagar a la red social por desplazar tráfico de unos lugares a otros") que pueden ser enormemente eficientes. Sin embargo, por relevante o interesante que sea la conversación generada en las redes sociales, unas semanas después, habrá desaparecido. Nadie la habrá borrado, seguirá estando en la red… pero se habrá enterrado completamente.
Twitter, en este sentido, tiene una naturaleza todavía más volátil. Una presencia en Twitter correctamente gestionada puede servir para atraer oleadas de atención hacia un contenido determinado, pero unas horas después de su aparición, su eficiencia ha desaparecido. De nuevo: nadie elimina el tweet, nadie lo oculta, pero su capacidad de generación de tráfico y su visibilidad desaparecen. Es información de ciclo corto: podemos usar el permalink que efectivamente posee, podemos obtener mucho retweets, pero no resulta normal ni sostenible plantear la estrategia de alguien en las redes sociales en base a ese tipo de vínculos. Si lo hiciésemos, tendría seguramente un valor meramente efímero. Generar contenido que resulte interesante y atractivo en Twitter es, de nuevo, otra cuestión, una problemática diferente: si únicamente usamos nuestra cuenta de Twitter para republicar los vínculos al contenido de nuestro blog, ésta será seguramente irrelevante.
Pocas cosas y pocos casos, obviamente, resultan ser completamente generalizables o seguir un esquema del tipo "sota, caballo y rey", pero creo que es fundamental entender las características intrínsecas de estos medios y sus posibles interconexiones a la hora de plantear una estrategia razonable de comunicación, sea individual o corporativa, en la web social. ¿Opiniones?