Apuntes sobre responsabilidad social empresarial, Flexiseguridad (II)
El modo en que los ciudadanos europeos viven y trabajan está cambiando rápidamente, consecuencia de la integración europea e internacional, el desarrollo de nuevas tecnologías, el envejecimiento de la población, un desempleo elevado y el desarrollo de mercados laborales segmentados en los que coexisten trabajadores relativamente protegidos (los que están dentro -"insiders"- con trabajos estables y fijos) y trabajadores desprotegidos (los que están fuera -"outsiders"- en referencia a los contratados temporalmente).
Estos cambios requieren respuestas rápidas de las empresas, de los trabajadores y de los gobiernos para afrontar y reducir la sangría del creciente desempleo que, como acabamos de ver, en España subió el mes pasado en 95.817 desempleados situando el paro registrado en 4.226.744 desempleados.
La Comisión Europea busca por ello adaptar el modelo de mercado de trabajo a esta nueva realidad y que responda a un mayor equilibrio entre las exigencias de seguridad en el empleo de los trabajadores y la necesidad de adaptación de las empresas.
En este sentido propone formulas como el modelo de flexiseguridad danés (alemán o austriaco también) en los cuales es sencillo tanto contratar como despedir y que va acompañado de unas solidas prestaciones públicas de desempleo y una gran inversión en formación (Comunicación de la Comisión de 27.6.2007).
Pero ¿Qué es la flexiguridad? Se trata de una «estrategia integrada para potenciar, a un tiempo, la flexibilidad y la seguridad en el mercado laboral» mediante la generalización de un conjunto de criterios socio laborales «importados» del modelo danés para afrontar la necesidad de modernización del derecho laboral y ofrecer respuesta a los objetivos de la denominada estrategia europea de Lisboa de lograr «más y mejor empleo». Con ello se pretende dar «seguridad en el empleo» y «no en el puesto de trabajo» para crear un mercado laboral más flexible de modo que las empresas puedan contratar trabajadores que dispongan de una mejor combinación de capacidades y que sean más productivos y adaptables a las fluctuaciones y variaciones de tipo económico y productivo.
El mensaje de base de esta comunicación es que los trabajadores deben abandonar la seguridad de sus empleos y cambiar una protección «estricta» del empleo por medidas de promoción de otro tipo de seguridad del empleo.
En su informe respuesta a esta posición de la Comisión Europea, el Comité Ejecutivo del Comité Económico y Social Europeo (CES) sostiene que la Comunicación se focaliza principalmente en la reducción de derechos fundamentales como la estabilidad en el empleo. Para la CES no basta declarar que estos principios sobre los mercados flexibles y estables deberían reforzarse mutuamente, sino que hay que garantizar que funcionan realmente pero sin que exista «intercambio» entre ellos, únicamente «complementariedad». Por ejemplo los trabajadores estarán dispuestos a una mayor movilidad de un empleo a otro si el mercado laboral está basado en empleos de calidad con empleos interesantes y enriquecedores.
Un punto de relevancia capital para la CES en la potenciación de una flexiseguridad negociada por interlocutores sociales fuertes, autónomos y representativos que permitan introducir o mantener en los convenios colectivos un equilibrio entre flexibilidad y seguridad «…sin caer en la trampa de un competencia generalizada a la baja en las normas laborales».
Por ello el diálogo social con trabajadores y resto de grupos de interés afectados se hace más necesario. Y ahí es donde se entiende que una de las asignaturas pendientes de la Responsabilidad Social Empresarial podría consistir en el uso de estrategias de «Reestructuración Responsable» (Informe Forética 2011). Es decir, modelos que tengan en cuenta las expectativas de los diferentes grupos de interés que inciden en un ámbito empresarial determinado (accionistas, trabajadores y Administraciones Publicas) y las necesidades de adaptación de su organización a las condiciones cambiantes de mercado.
Y ello teniendo en cuenta que los procesos de reestructuración no implican únicamente eliminación de puestos de trabajo sino que pueden y deben ofrecer también otras alternativas complementarias y menos agresivas, como la reorientación de actividades empresariales, reducciones temporal de jornada de sus trabajadores, ajuste salarial o movilidades internas y geográficas en el ámbito del Grupo Empresarial a través de las citadas estrategias de Responsabilidad Social Empresarial.
Benjamín Pérez López. Abogado. Master académico en Estudios Internacionales y de la Unión Europea por la Universidad de Valencia.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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