itrio, escandio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
Primer Mapa Geoquímico en Chile detecta presencia de 'Tierras raras', que sirven para tecnologías modernas
El Sernageomin está analizando cada quebrada y cuenca hidrográfica del país, para detectar la presencia y concentración de 59 elementos químicos en la superficie. El mapa sirve de base para decisiones sobre salud pública, ordenamiento territorial y exploración minera.
por: UPI
miércoles, 02 de julio de 2014
China es el principal productor de tierras raras en la actualidad.
Foto AFP
SANTIAGO.- El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), principal organismo productor de información geocientífica del país, dio a conocer resultados del Primer Mapa Geoquímico de Chile, en el que se detectó la presencia y concentración de las llamadas "Tierras raras", que incluyen elementos como el itrio, escandio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
Los principales usos de las tierras raras se relacionan actualmente con tecnologías modernas muy variadas, como por ejemplo imanes para computadores, lámparas halógenas, equipos de resonancia magnética, pantallas para televisores, entre otros.
A pesar de su nombre, no son menos escasas que el plomo o el oro, pero son difíciles de separar de los minerales que los acompañan, de ahí que se les conozca como Tierras Raras (Rare Earth Elements, en inglés).
Actualmente, el principal productor de tierras raras es China, concentrando cerca del 95% de la producción mundial. Dado que estos elementos se ocupan en implementos tecnológicos, se estima que su demanda irá aumentando con el tiempo. Esto ha llevado a países industrializados, tales como Estados Unidos, y Alemania, a buscar nuevas fuentes para estos elementos.
Aún no se ha estimado el potencial de Chile con respecto a estos elementos. Sin embargo, los mapas geoquímicos del Sernageomin ya están señalando la presencia de "zonas anómalas" (con relativamente altas concentraciones). También existe la posibilidad de que los desechos mineros (relaves y botaderos) presenten relativamente altas concentraciones de tierras raras, aun cuando el país no ha realizado una evaluación exhaustiva al respecto.
Entre las conclusiones de los primeros resultados del Mapa Geoquímico de Chile se detectó que algunas recolectadas presentan concentraciones de oro superiores a la concentración de oro promedio en la región estudiada. Hay sectores que se caracterizan por presentar o concentrar muestras con valores altos de oro. En estos casos se habla de "zonas anómalas" o simplemente "anomalías".
En la zona Norte (Arica, Pisagua e Iquique) destacan 3 zonas con concentraciones altas de oro, de relativamente gran extensión, la parte media de la cuenca del río Lauca (y sus afluentes de la vertiente Este), definida principalmente aguas abajo de Mina Choquelimpie; la Cordillera de la Costa en el sector de Pampa Camarones (entre las quebradas Camarones y Vitor), y la Cordillera de la Costa en el sector de pampa cercano a Pisagua.
El jefe de la Unidad de Geoquímica del Sernageomin y doctor en Ciencias de la Universidad de Chile, Juan Pablo Lacassie, explicó que "este mapa (Geoquímico de Chile) se elabora sobre la base de muestras de superficie, de los primeros 30 centímetros del suelo. En esta primera fase, el Mapa Geoquímico comprende la elaboración de 12 "cartas" que cubrirán al territorio nacional de la Cordillera de la Costa y la Depresión Intermedia entre las regiones de Arica y Parinacota y la de Coquimbo. Arica, Iquique y Pisagua son las zonas que primero disponen de estos mapas, mientras que las cartas de La Serena y Vallenar se encuentran en edición".
El primer Mapa Geoquímico de Chile (ideado en 2009) se está realizando a una escala de 1 es a 250 mil; o sea, un centímetro en el mapa representa 25 kilómetros en la realidad. Cada una de estas "cartas" refleja a una superficie de 130 kilómetros de largo por 100 kilómetros de ancho.
Un solo mapa tiene un costo de 260 millones de pesos, incluyendo todo el proceso, desde el traslado de equipos de profesionales para la toma de muestras en terreno, hasta el análisis en laboratorio, y la elaboración e impresión de cartografías. A este respecto, según un estudio dado a conocer en días recientes por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), se estima que cada dólar invertido en la generación de información geocientífica, implica un retorno de 11 dólares para la economía del país.