El futuro de las ciudades es actualmente uno de los grandes temas de debate. Se dice que en el año 2050 el 80% de la población mundial residirá en centros urbanos, lo que pone en duda el modelo de crecimiento actual que no está pensado para satisfacer las nuevas necesidades de la población. El suministro de energía o de agua, el transporte, la gestión de los residuos o los propios sistemas constructivos deberán cambiar para acercarse a un modelo más sostenible, para dar forma a lo que se ha dado en llamar "ciudades inteligentes".
Uno de los problemas que se plantean en las grandes ciudades es el suministro de verduras y hortalizas frescas, hecho que nos ha abierto nuevos horizontes a los que nos dedicamos a las plantas. Los nuevos gurús de la economía ya han hecho sus apuestas y han empezado a difundir un nuevo modelo de cultivo: las granjas verticales ("Vertical Farm"). Éstas consisten en cultivar los vegetales en edificios, en lugar de hacerlo en los campos o en los invernaderos. El principal punto a favor es evitar el transporte de alimentos a largas distancias, hecho que consume grandes cantidades de energía fósil, por lo menos mientras los camiones no funcionen con energías alternativas.
Uno de los expertos que ha dado a conocer esta tecnología es el Dr. Dickson Despommier, de la Universidad de Columbia en Nueva York, principal difusor del concepto de la tecnología "Vertical Farm". Se trata de cultivar hortalizas en edificios, o zonas de edificios, pensados ex profeso para el cultivo. El cultivo hidropónico (o cultivo fuera del suelo natural) consiste en cultivar plantas sobre un medio de cultivo o sustrato que sirve de soporte a las raíces y donde se proporciona a las plantas los elementos nutritivos que necesitan a través de disolver estos elementos en el agua de riego. Además, como las plantas necesitan luz para hacer la fotosíntesis y crecer, ésta se puede aportar mediante iluminación artificial "a medida" que proporcione la luz que la planta necesita, todo ello movido por energías limpias (aerogeneradores, placas solares, etc.).
Despommier no solo ha puesto el dedo en la llaga sino que gracias a las redes de comunicación ha propiciado que la idea se convierta en un tema de debate en los foros internacionales. Actualmente en numerosas universidades se están desarrollando estudios sobre el cultivo urbano de hortalizas, como por ejemplo en la Universidad de Harvard o incluso más cerca, en la Escuela de Negocios de ESADE, donde un grupo de economistas promueve el cultivo a escala local dentro de los edificios urbanos.
La idea parece novedosa pero sin embargo no es tan nueva. En 1951, J. Sholto Douglas, publicaba en la India un libro sobre el Sistema Bengalí de cultivo hidropónico, en el que explicaba cómo cultivar en cubiertas y patios de edificios.
El cultivo hidropónico había tenido su auge durante la Segunda Guerra Mundial. Tenía como finalidad alimentar a las tropas desplazadas durante el conflicto bélico. Este sistema de cultivo tuvo su origen en los Estados Unidos, desde donde se extendió a la América central y a Europa y llegó a la India en 1946. Douglas nos habla en su libro del principal problema de la India, el Hambre. Cultivar con los sistemas hidropónicos aprovechando los espacios libres en las ciudades, cubiertas, patios o balcones, podía abastecer a una población necesitada. Ciertamente ese enfoque fue pionero, y no nació de la abundancia, como muchas ideas de nuestras ciudades inteligentes, sino de la necesidad, desde donde realmente se fraguan las ideas que cambian el mundo (justamente al contrario de la antigua creencia del "Primum vivere, deinde philosophare").
El concepto de ciudad inteligente empieza a ser ya una realidad en nuevas urbes de Asia y de los países árabes y en los nuevos barrios de las antiguas ciudades. Este suministro de verduras desde el patio de la casa se considera de lo más sostenible atendiendo a la filosofía del cultivo de proximidad que permite ahorrar costes económicos y energéticos de transportes a grandes distancias. ¿Pero, realmente es esta la mejor solución para los países del tercer mundo que sobreviven gracias a las exportaciones agrícolas?
Este 2011 se han cumplido 10 años de la construcción en Barcelona del primer Huerto Hidropónico Vertical, en el que personalmente participé. Fue en el año 2001, dentro del Media House Project de la exhibición Metapolis 3.0, que fue creada y codirigida por los hoy reconocidos arquitectos Enric Ruiz Geli, Vicente Guallart y Willy Müller.
Metapolis estaba formada entonces por un grupo de jóvenes arquitectos que trabajaban sobre una nueva idea de ciudad. En este proyecto, que se presentó en Barcelona, una casa que en realidad era un ordenador, se apoyaba en una estructura que era la red de información que daba paso al conocimiento. Media House Project era una casa multifuncional, una micro-ciudad desde donde se podía trabajar, dormir, comprar y disfrutar del ocio. Era una idea que preveía la nueva manera de habitar en las viviendas del futuro y que hoy ya se plasma en muchos aspectos de nuestras actuales viviendas. Entonces, y son solo diez años, la mayoría de nuestros hogares no tenían acceso a Internet. La televisión era la única ventana que nos abría al mundo, de un modo pasivo, y el teléfono era el único modo de comunicarnos sin salir de casa. Actualmente desde nuestra casa podemos interaccionar con el mundo que nos rodea a través de nuestros ordenadores.
La idea del huerto urbano de Metapolis fue sin duda muy innovadora hace una década y ahora se integra dentro de una corriente revolucionaria en el mundo del cultivo hidropónico que, discusiones y debates aparte, nos enfrenta a una nueva manera de vivir. Si hace diez años la mayoría comprábamos los billetes de avión a través de agencias de viajes, llamábamos por teléfono fijo o íbamos a la ventanilla de turno cuando necesitábamos hacer algún trámite oficial, mandábamos faxes para comunicarnos entre empresas, alquilábamos películas en el video-club y consultábamos enciclopedias de tomos de cuatro kilos cada uno, ¿por qué no vamos a cultivar nuestras propias verduras en nuestras casas en huertos hidropónicos dentro de diez años?