El Marketing Personal no significa convertirse en un adicto a Twitter
Les puedo asegurar que hoy por hoy, aún es posible construir una marca personal sin la ayuda de la gestión masiva y viral de las redes sociales generalistas
llámese Blogs, Facebook ó Twitter
Todavía es posible hacerlo como antaño
Utilizando sólo el Networking presencial.
Sobre todo sabiendo que antes de la existencia y el uso extendido de las herramientas 2.0 las marcas personales ya existían, aunque no las identificásemos de la misma forma en que lo hacemos ahora.
Incluso, me atrevería a decir que quién opine lo contrario es porque utiliza el networking sólo para el "marketing-basura" o como medio de spam. Tal vez porque necesita más ego-reconocimiento que hacer "marketing" verdadero, y por eso se dedica más a buscar cosas que a ofrecer.
El Networking en redes sociales virtuales, es una más de las muchas herramientas disponibles para construir una marca personal y expandirla por la red. Pero no es la única.
Por otro lado, hacer de nuestra marca personal algo viral en las redes sociales, puede que ayude a darnos visibilidad de una forma rápida y eficiente, pero hacerlo en exceso o con el mensaje equivocado, puede también cansar a nuestro público "target" (¿seguidores?).
Lo importante no son (necesariamente) las acciones que se hagan en red, sino el reconocimiento obtenido luego de las mismas; por eso, en temas de marca personal, importa más la calidad que la cantidad.
Y menciono al factor "reconocimiento", porque es precisa e indudablemente unos de los pilares que sostiene a la marca personal en el tiempo, haciéndola crecer.
Por lo que no creo que existan "buenas" marcas personales que no hayan sido primero reconocidas en el boca a boca diario (ahora el twitt a twitt de cada día). Siempre que este "reconocimiento" haya sido bien enfocado, serio, y sobre todo, creíble.
Asimismo, un reconocimiento modesto puede ayudar a construir una marca personal "exitosa" y relativamente fuerte, incluso sin que hagamos ninguna acción posterior. Sólo es necesario que se haga referencia a nuestra marca en los medios adecuados, de la forma correcta y por las personas precisas.
Es por eso que la creación de una marca personal es tan importante para buscar empleo, ya que es posible respaldar dicha marca con el reconocimiento adquirido previamente en los medios de difusión virtuales actuales.
Muchas personas no han entendido aún que la marca personal no es un simple mensaje de marketing; sino más bien lo que las personas perciben y sienten cuando piensan o escuchan hablar de una marca en particular o de la persona que esa marca representa.
Es así como el reconocimiento y la marca personal se relacionan, pero no son lo mismo. Más bien, si no hay reconocimiento, no hay marca personal.
No obstante, muchos siguen confundidos y mezclando conceptos y es que "reconocimiento" no significa tener más seguidores en Twitter, ni estar presente en todos los eventos de Networking posibles.
"Reconocimiento": Significa lo que la gente siente al escuchar el nombre de la marca personal; es una percepción, un intangible. Lo que posteriormente convierte a esa marca en algo tangible, y por ende vendible.
Así que por muchas horas que algunos dediquen a las redes sociales, pensando que: a más tiempo invertido más harán crecer su marca. Les digo que:
"No tiene mejor marca el que más hace, sino el que lo hace mejor" (¿talento?).
Y en esta afirmación no cuenta para nada tu propia opinión como gestor de la marca, sino la opinión de los demás.
Saludos,
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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Las marcas ofrecen la seguridad de una pertenencia y tienen mucho más repercusión cuando las personas están construyendo su personalidad, es decir durante la niñez y la adolescencia. El famoso publicista, Walter Landor, decía displicentemente que "los productos se fabricaban en las fábricas, pero las marcas se construyen en la mente de los consumidores". En una economía cada vez más globalizada como la que hoy testimoniamos, es muy fácil fabricar productos idénticos mediante la subcontratación maquiladora, particularmente en nuestros países del último mundo, por eso muchas empresas consideran secundaria la fabricación en sí, y se avocan a la tarea de la construcción del espíritu del producto, es decir, de una "imagen" para la marca y de emplear todos los medios a su disposición para volcarla con éxito a un mercado de personas insatisfechas deseosas de alcanzar alguna pertenencia que les ofrezca, aunque más no sea, el calmante existencial de la posesión de un valor simbólico. Los constructores de marcas son los nuevos productores primarios de la llamada economía del conocimiento.
La idea de experimentar con emoción, cualquier cosa que se pueda compartir, predomina hoy por sobre la pulsión a adquirir objetos por sí mismos. Los signos, en este caso: las marcas, empiezan a pretender que significan algo. Las marcas ya no son más un modo de recordar lo que uno quiere comprar; se han insertado en la matriz cultural de nuestra sociedad, son parte de nuestro sistema de ordenar las cosas, incluso crean el contexto con respecto a quiénes somos y cómo vivimos. Las marcas (que usamos o dejamos de usar) articulan cuáles son nuestros valores, pero ellas ya no son articuladas solamente por su publicidad: son articuladas por todo lo que hacen y lo que creemos que nos ofrecen.